Page 108 - Libro "NOCHES" de JUlio Resek
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                           Tupã rymba, dice:                                                                                                                  Mi riqueza.
                           Luego de escucharla a ella, todo entendí, todo mi sentir...                                                                       Por Julio Resek.
                           A los gritos la busqué, y cuando la encontré, exclamé:                                                                            Voz: Tupã rymba.

                           ¡Farolito!                                                                                                     Mi riqueza son tus ojos, que, al mirarme, trasparentes
                           ¡Mi riqueza eres tú!                                                                                           revelan a tu corazón… mi riqueza son tus ojos, que, al
                                                                                                                                          mirarme, despiertan a mi corazón…

                                                                                                                                          Mi riqueza son tus manos, que, al tocarme, me roban,
                                                                                                                                          convirtiéndome en parte de ti… que, al tocarme,
                                                                                                                                          erizando a toda mi piel van… y son tan solo escasos
                                                                                                                                          latidos, en los que me tocas, en los que te siento parte
                                                                                                                                          de mí…

                                                                                                                                          Mi riqueza es tu boca, que, al hablarme, me enamora; y
                                                                                                                                          a tal punto me enamora, que ya no soy yo,
                                                                                                                                          escuchándote… es tu boca, que, al sonreírme, me
                                                                                                                                          enamora; y a tal punto me enamora, que ya soy yo,
                                                                                                                                          contemplándote…

                                                                                                                                          Mi riqueza eres tú, y, cuando no estás, me falta todo… y,
                                                                                                                                          cuando no estás, me faltan tus ojos… me falta tu
                                                                                                                                          corazón junto a mi corazón; me falta tu piel, erizando a
                                                                                                                                          mi piel…

                                                                                                                                                     ¡Me falta tu boca, deslumbrándome!

                                                                                                                                          Mi riqueza eres tú, y, cuando no estás, pobre soy…









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