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Pasaron ya cuatro horas, fue tanta la conmoción Encantado, despidiendo al astro sol en un
que casi pierdo la consciencia, llueve y de la tierra crepúsculo cansado que a duras penas nos muestra
brota el vapor. la bella desembocadura del gran arroyo, a la
sombra de un milagroso lapacho blanco entramos
El Sabio expresa ¡es una bendición de Ñande ru! en estado somnoliento para subir a contemplarla
Bajo la lluvia, nos contó sobre un ser. jugando con las estrellitas.
El ser superior especial que cuida de los arroyos. Es ahí en donde, tocando el violín, cito a mi Ángel
Timón, y junto a él, a la Ocelote, a la Luna, a la
Entendimos las particularidades de cada tributario Vara mayor y un Catalejo, es que partimos por los
al Paraná y ahora vamos camino al Urugua-y, el altos cielos para encontrarla a ella, mi Doncella.
más grande, cuya fama se debe a la gran cantidad
de insectos acuáticos con el don de penetrar en las ¡A lo lejos puedo verla!, exclama la Ocelote.
piedras.
Al instante, como rayo la alcanzamos, pero no está
sola…
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