Actualmente un complejo sistema de comandos y contactos gobiernan los ascensores que usamos a diario. Las computadoras han invadido los sistemas de control haciendo cada viaje en ascensor más confortable y seguro. En la actualidad todos los ascensores utilizan la energía eléctrica como fuente de alimentación de sus motores y modernos sistemas electrónicos para el reglaje de sus paradas, que regulan las maniobras que realiza.
Ascensores especiales
Desde hace mucho tiempo mover grandes volúmenes y pesos pasó a ser uno de los mayores retos para estos sistemas. Ya no se trata de trasladar personas, sinó también vehículos con mucho mayor frecuencia de lo uno pudiera creer.
Para ello los ascensores con engranajes disponen de un motor eléctrico que acciona un engranaje reductor de tornillo sin fin y rueda dentada que a su vez pone en movimiento la polea. De esta manera se consigue que ésta gire a una velocidad relativamente baja pero con gran capacidad de carga, lo que permite utilizar motores de reducida potencia para elevar grandes pesos.
La velocidad de la cabina es de entre 0,1 y 2,50 m/s, admitiendo cargas importantes de más de 15 toneladas. Se usan en montacargas industriales para la elevación de vehículos y también en ascensores de pasajeros, compensando su lentitud con su gran capacidad de carga.
La vida cada vez más alta
El uso de las estructuras de acero y el agotamiento de superficies disponibles hizo posible que los edificios crecieran en altura en todas las ciudades.
Y mientras en una ciudad como Posadas nos empezamos a acostumbrar con moles cuyas estructuras permiten edificios que en su mayoría tiene el techo cercano a las 30 plantas como máximo -de las cuales 3 o 4 son destinadas a cocheras y las restantes para unidades habitacionales, en promedio 90 por edificio- en el mundo la disputa por la altura ya superó las 160 plantas y seguramente no está lejos algún loco proyecto para llegar a los 200 pisos de altura.
La gráfica que ilustra esta nota -a la izquierda-corresponde a una de las torres más altas de la ciudad, aun en construcción.
Aunque en realidad si nos detenemos a pensar fríamente lo que la mente del hombre ha logrado utilizando arquitectura e ingeniería es escalofriante, sino póngase en el trabajo de pensar subir o bajar, ascender o descender un edificio que tiene más de 8 cuadras, escucho bien más de ocho cuadras de alto.
Eso es lo que tiene el Burj Khalifa. Mide la increíble altura de 828 metros y más de 160 plantas, lo que supone 319 metros más que el edificio que ostentaba el récord el Taipei 101 de Taiwan.
En Burj Khalifa es posible subir al piso 124, donde se encuentra un mirador único en el mundo llamado “At The Top” por ser el más alto al que accede en público en paseos. Gracias a los ascensores Otis de doble cabina se viaja a la cima a 10 metros por segundo, aunque el récord mundial de velocidad de 17 metros por segundo, es ostentado actualmente por un par de ascensores que Toshiba instaló en el edificio Taipei 101 de Taiwán.
Esa velocidad de 17 metros por segundo equivale a acelerar hasta los 60,3 kilómetros por hora en ascenso o descenso. ¿Escalofriante no?
Asia aprende de la naturaleza y desafía a las alturas
El mundo asiático representa el 60% de la población mundial con estimativamente 4400 millones de habitantes de los 7200 millones de habitantes que hay en todo el mundo. Y en lo que al mercado mundial de elevadores, Asia representa cerca del 75% de todo el mundo.
La evidente destreza de asiáticos (Japón, China, Corea) en el diseño de ascensores se debe, en parte, a su situación geológica única. Tokio, por ejemplo, descansa a lo largo de una zona de riesgo tectónico.
Después de ser sacudidos por terremotos en 1992 y 2005, se debieron modernizar aproximadamente 150.000 ascensores de la ciudad con una serie de vanguardistas tecnologías, como sensores capaces de detectar las vibraciones iniciales que señalan el inicio de un temblor importante, lo que permite que el ascensor se anticipe el riesgo de quedarse atrapado, trasladándose al piso más cercano. Ese trabajo contra reloj que debieron enfrentar a la hora de reconstruir y haciéndolo cada vez con más seguridad se convirtió en un know how que los hizo líderes, también en ese terreno.
Y sus desarrollos, verdaderas maravillas de la tecnología, permiten subir o bajar noventa y cinco pisos en 43 segundos, a 72 kilómetros por hora. A esa velocidad viajará el ascensor que está desarrollando la empresa japonesa Hitachi para el rascacielos CTF Finance Centre, que se inaugurará en la ciudad de Guangzhou –sudeste de China–, en 2016.

Innovadores desarrollos permiten a las personas subir y bajar sin mayor esfuerzo, pese a lo poco convencional de las formas con que se construye, como en este edificio esférico de Suecia, de la cual se muestran tres vistas en la gráfica compuesta.
Se trata de un edificio de uso mixto de 530 metros de altura, que actualmente está en construcción. El nuevo elevador contará con distintos sistemas destinados a garantizar la seguridad y evitar el típico dolor en oídos de los ascensores veloces. Entre estos sistemas, se destaca un dispositivo para reducir la sensación del cambio de presión en los oídos, un sistema de absorción de vibraciones laterales y un mecanismo de frenado de emergencia para detener el ascensor si se produce alguna falla técnica.
El nuevo rascacielos de Guangzhou contará con dos de estos nuevos ascensores ultrarrápidos. Además, tendrá cerca de un centenar de otros elevadores que se moverán a menor velocidad. Según Hitachi, la acelerada construcción de rascacielos en China hace que ese país absorba el 60% del mercado de los ascensores.
En Japón, el negocio de trasladar de manera eficiente a las personas es objeto de acaloradas competiciones, empresas líderes (Mitsubishi , Hitachi , Toshiba y Fujitec) que producen alrededor de las tres cuartas partes de los ascensores del mundo.
El mercado de equipos de ascensor, que incluye escaleras mecánicas y pasillos móviles, se estima que aumente de manera constante a 111 millones en el 2017, con la rápida industrialización del vecino asiático de Japón, China, que representa casi la mitad del crecimiento del sector.









