Page 42 - libro-timon-de-julio-resek
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                           Luego de dos millones setecientos treinta y seis mil                                                                         Sobredosis de Amor
                           diez latidos, el Sabio de luz entendió.
                                                                                                                                          La seca tierra en donde vago es un desierto de duros
                           Y junto a las estrellas. Con la luna, con las flores del                                                       suelos quebrados, roja pasión que explotó por
                           ceibo, me liberaron.                                                                                           hallar a tus ojitos, pedacitos de cielo, brillantes,
                                                                                                                                          resplandecientes entre suaves nubes de algodón.
                           Ahora puedo desplazarme sin tocar al río.
                                                                                                                                          Al atender tu voz, sinfonía que destituyó fuera de
                                    ¡Tengo piel de corteza de lapacho!                                                                    foco a lo demás, tu universo de calma lo invirtió,
                                                                                                                                          fulguró entre tiernas húmedas brisas de amor.
                           La fe en un destino que inevitablemente nos unirá, lo
                           hizo posible, ambos superamos la prueba.                                                                       Al contemplarte sonreír, pintaste alegrías y mi
                                                                                                                                          mundo varió, es verde monte al que tu cielo
                           Ella serpentea ilusionada nadando la costa, y yo, en                                                           conquistó. Y al hablarte hoy explotó mi corazón en
                           sobredosis de amor la sigo por tierra, río abajo.                                                              sobredosis de Amor.


























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